Los consumidores demuestran que prefieren (y esperan) que las empresas minoristas se comprometan con la responsabilidad social y medioambiental.
A los clientes finales les gustaría que los minoristas invirtieran en la sostenibilidad. Más del 60% de los consumidores espera que las marcas adopten prácticas sostenibles, mientras que casi el 50% dejaría de comprar en tiendas que no respetaran estos valores. Está claro, por tanto, que los puntos de venta más sostenibles tienen un mayor alcance y hacen felices a sus clientes.
Efectivamente, el comportamiento de compra está cambiando y las marcas de las tiendas tienen que seguir el ritmo. Los estudios demuestran que el 85% de los consumidores mundiales han cambiado su comportamiento de compra hacia la sostenibilidad en los últimos cinco años. Si una marca ignora potenciales iniciativas sostenibles, se queda atrás.
Es fundamental, entonces, que los minoristas seleccionen proveedores que puedan garantizar productos sostenibles y una cadena de producción respetuosa con el medio ambiente. Por tanto, la imagen de la tienda ya debería transmitir una filosofía ecológica en la elección del mobiliario.