El comercio minorista experiencial sumerge a los consumidores en la marca para crear una experiencia de compra elevada. Al ofrecer un entorno profundamente cuidado, los minoristas apuestan por una experiencia inmersiva que estimule la fidelidad a largo plazo y un boca a boca sostenible, mientras que un formato más convencional no puede hacerlo.
El primer y más importante factor para repetir la compra es lo agradable que resulta la experiencia en la tienda, seguida de una buena distribución, un entorno ordenado y una caja rápida, todos aspectos clave del modelo experiencial.
Quizá la mayor ventaja del modelo experiencial es permitir a los clientes conocer mejor los productos de una empresa y su oferta de calidad.
Crear emoción y comodidad puede servir para aumentar el tráfico de personas y, potencialmente, la facturación de la empresa.
Teniendo en cuenta que aproximadamente el 13% de todas las ventas vienen determinadas por el boca a boca, una buena experiencia de compra puede tener un efecto dominó en el volumen de negocio de una marca, incluso durante años.
Aunque es demasiado pronto para decir si la experiencia es una estrategia viable a nivel de red, no cabe duda de que hay elementos de esta estrategia que pueden y deben difundirse en cascada por toda la red de tiendas. En una industria tan saturada como el sector minorista y de bienes de consumo, merece la pena explorar algunas de las estrategias que pueden crear una buena relación con el cliente y mantener a la empresa por delante de la competencia.