La economía circular es un modelo que implica intercambio, préstamo, reutilización, reparación, reacondicionamiento y reciclaje de materiales y productos existentes durante el mayor tiempo posible.
El deseo de los consumidores de poder reducir su impacto medioambiental incluso en las compras cotidianas debe encontrar respuesta en los minoristas que, dentro de sus tiendas, deben elegir accesorios que respeten ciertos criterios de sostenibilidad.
Esto es posible favoreciendo en la contratación de suministros únicamente a las empresas capaces de fabricar productos duraderos, reciclables y/o reciclados. Es precisamente aquí donde se habla de economía circular, cuando decidimos elegir productos que al final de su vida útil no se convierten en residuos sino que, si se reutilizan, pueden tener nuevos ciclos de vida hipotéticamente infinitos.
Las mismas empresas que forman parte de un ciclo de suministro deben poder garantizar, mediante el uso de certificaciones, el menor impacto medioambiental posible.
Esto se consigue mediante la reducción o ausencia total de packaging monouso, la elección de materiales reciclados certificados y 100% reciclables, la reutilización de los residuos de producción y de los productos al final de su vida útil, reduciendo así sustancialmente la cantidad de residuos, y la optimización durante el diseño y la producción, garantizando productos lo más duraderos posible.
Algunos de los indicadores de sostenibilidad medioambiental que una empresa debe tener en cuenta son:
- Cantidad de agua consumida
- Ciclo de vida del producto
- Materia prima utilizada
- Huella de carbono
- Emisiones de dióxido de carbono durante el transporte
Los minoristas deben asegurarse de que las empresas seleccionadas dentro de su cadena de suministro respetan los pilares antes mencionados. Esto forma parte de un viaje para satisfacer las necesidades de una clientela cada vez más educada y concienciada con el medio ambiente.