Los consumidores de hoy dan cada vez más importancia al brand value proposition total de un minorista. Debido en parte a las crisis macroeconómicas y geopolíticas, la elección consciente dictada por un valor compartido se considera ahora prioritaria incluso por encima del ahorro económico.
Las marcas de más éxito son las que demuestran atención a la trazabilidad y el impacto medioambiental de sus actividades. El efecto de las decisiones empresariales sobre el medio ambiente es, de hecho, examinado continuamente por los clientes, convirtiéndose en un criterio no despreciable en la preferencia de una tienda sobre otra.
La sostenibilidad es cada vez más un elemento central de las estrategias del comercio minorista, junto con la innovación tecnológica. La enorme capacidad de elección de los consumidores debería estar en manos de los minoristas, que son los responsables de orientar a los clientes para que ellos mismos tomen decisiones con conocimiento.
El compromiso ético y ecológico se está convirtiendo cada vez más en un elemento diferenciador.
Los consumidores prestan cada vez más atención a las elecciones conscientes, y esta dinámica exige productos sostenibles que respondan a sus valores; el futuro del comercio minorista se orienta por tanto hacia prácticas sostenibles que impliquen a toda la cadena de suministro, desde la elección de productos, hasta la logística y el mobiliario.